• Conservación del agua: El almacenamiento de aguas pluviales permite conservar este recurso natural tan importante y utilizarlo en momentos de escasez de agua.
  • Reducción del riesgo de inundaciones: Al almacenar el agua de lluvia, se reduce la cantidad de agua que se filtra directamente al suelo, disminuyendo así el riesgo de inundaciones.
  • Ahorro en el suministro de agua potable: Al utilizar el agua de lluvia almacenada para actividades no potables, se reduce la dependencia del suministro de agua potable y se ahorra dinero en facturas de agua.
  • Sostenibilidad ambiental: El uso de aguas pluviales reduce la presión sobre fuentes de agua potable y disminuye la huella hídrica de una vivienda o edificio.
  • Regulación de la temperatura: El almacenamiento de aguas pluviales puede ayudar a regular la temperatura de un edificio, ya que el agua almacenada actúa como un aislante térmico.
  • Reducción de la erosión del suelo: Al captar y almacenar el agua de lluvia, se evita que esta erosione el suelo y se reducen los daños causados por la escorrentía.
  • Apoyo a la agricultura y jardinería: El agua de lluvia almacenada puede ser utilizada para regar plantas, huertos y jardines, promoviendo la agricultura sostenible y reduciendo la demanda de agua potable para estos fines.

En resumen, los depósitos para almacenar aguas pluviales ofrecen múltiples beneficios tanto a nivel ambiental como económico, ayudando a conservar el agua y a reducir el impacto ambiental de nuestras actividades diarias.

  • Barriles o contenedores: son depósitos pequeños y portátiles que se colocan bajo los canalones de los techos para recolectar agua de lluvia.

  • Tanques subterráneos: son depósitos enterrados en el suelo que permiten almacenar grandes cantidades de agua de lluvia.

  • Cisternas: son depósitos de agua de gran tamaño, que pueden utilizarse para recolectar agua de lluvia para uso agrícola o industrial.
  • Colocación de canalones en el techo para dirigir el agua de lluvia hacia el depósito.
  • Instalación de un filtro para evitar la acumulación de escombros en el depósito.
  • Uso de una bomba para extraer el agua de lluvia almacenada y llevarla a su destino de uso.
  • Contar con un sistema de sobretodo para evitar el desbordamiento del depósito en épocas de lluvias intensas.
  • Limpiar regularmente el depósito para evitar la acumulación de sedimentos y microorganismos.
  • Revisar los sistemas de filtrado y evitar obstrucciones que puedan reducir la eficiencia del sistema.
  • Inspeccionar periódicamente la estructura del depósito para detectar posibles fugas o corrosión.
  • Vaciar y limpiar el depósito al menos una vez al año para garantizar la calidad del agua almacenada.

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